jueves, 30 de abril de 2009

Una de tantas

Las manecillas, agónicas, daban paso a las 12 nocturnas. Tu teléfono no paraba de sonar mientras tus mentiras pedían otra copa en la barra de aquel bar.
Entonces, todas mis esperanzas se desmenuzaron como un diente de león amenazado por el viento y la confianza que había puesto en ti, se prefijó.
De sobra sabes que el perdón es partidario de la demostración.

viernes, 17 de abril de 2009

Deseos recién molidos

Para él un café solo y para mi un cortado.
Sorbimos tragos de insomnio, endulzamos nuestra excusa para vernos, y la removimos con una cucharilla con el fin de entretenernos.
Degustamos las migas, que se hallaban esparcidas por la mesa, gentileza de algún cliente con el estómago satisfecho.
No hubo palabra que rompiese aquel silencio hasta que pidió la cuenta y trató de hacerse el caballero. Intento fallido porque no llevaba sombrero.
Yo pagué los 2,60 euros, nos despedimos forzando una sonrisa...
Y nos quedamos con las ganas.

miércoles, 8 de abril de 2009

Cuando no estás

La casa respiraba, sosegada, su ausencia.

Las prendas de vestir habían muerto ahogadas en la lavadora, teñidas por un tono magenta que había sido echado en falta por una larga falda cómplice de asesinato, que, sintiéndose culpable, se suicidó.

Los cadáveres de cigarros se habían acumulado en diversos ceniceros, y sus almas vagaban por los pasillos y las habitaciones.

El ordenador descansaba de su labor.


Y los únicos seres vivos que habitaban esa soledad desordenada habían perdido los pétalos debido a la manía que tenía una niña enamorada, de jugar con el azar.

sábado, 4 de abril de 2009

Manías de la uva

Su latido cardíaco era tan cambiante e inestable como el estado anímico de un bebé,
su mente se había hecho presa de la obsesión y el deseo carnal (algo inmaduro por su parte).
Carente de sentimientos, a rebosar de obviedad. Prefería culpar a la edad.
Siempre vivió en anonimato, solo fue un vino tinto, solo fue un vino más.