domingo, 25 de julio de 2010

Incognostible

Este está siendo un mes raro, y no lo digo por el tiempo ni porque la ciudad se vacíe en verano sino porque parece que todo está escrito. Los días transcurren y nada se descarrila, se trata del mismo sinsentido de siempre ¡Ya podría romperse el eje de la tierra o desplomarse el cielo! No puedo huir de esa tela que ha tejido la rutina.
Mi pensamiento es un mejunje de palabras intraducibles, unas baquetas que me golpean el cráneo constantemente. He recurrido a la gente, a los libros, a la filosofía…era cualquiera y ya no soy nadie, no me conozco. Sólo tenía confianza conmigo misma y ahora soy una aspirina efervescente que se ahoga en un vaso de agua. Los libros que normalmente leo, a pesar de estar escritos por genios y ser tan importantes para mí como el oxígeno, me dejan insatisfecha ¿Por qué no puedo ser la protagonista de aquellas historias realistas, ni fundirme en ese estilo impecable, ni entregar mi cuerpo, como una hoja seca, a esas eternas páginas? Por último la filosofía… la filosofía juega con mi inteligencia, la estimula, pero mediante ella no consigo descifrarme y así es como me encuentro sola en un laberinto, en mi laberinto, en mi bola de cristal, en mi cruz. Sólo hayo consuelo en un folio en blanco. Demasiado tiempo libre…quizás agosto sea más llevadero.