Sus bocas, piezas de un rompecabezas
que jamás terminaban de encajar
Sus lenguas, bajeles enemigos
que se embestían con furia
en el transcurso de la contienda naval
Y al fin el beso, relámpago fugaz.
Disonantes por separado, unidos en un abrazo
producían
armoniosas melodías.
domingo, 30 de diciembre de 2012
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