miércoles, 7 de octubre de 2009

Chocolate Valor

Parpadeas al ritmo de la alarma de tu móvil, maldices y te levantas. El reloj de la cocina marca las siete y media. Te quitas las legañas mientras abres el armario en busca de los cereales que tanto detestas. En lugar de eso encuentras una tableta de chocolate, partes un pedazo y en seguida te identificas con la pequeña avellana rota que se independiza del chocolate, esa que queda siempre dentro del envoltorio y que nadie de tu familia come. Tú eres así.
A los depresivos les deben de joder las avellanas en el chocolate. A mí en cambio, me encantan, hacen distinto lo común.

No hay comentarios: